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Sabemos que estudiar matemáticas, informática, historia o inglés son conocimientos necesarios para nuestro desarrollo como personas y profesionales, pues es necesario tener una cultura básica en diferentes materias para poder vivir en sociedad: leer, escribir, sumar, multiplicar, saber mandar un correo electrónico, comunicarse de forma básica con otra persona que no hable nuestra lengua, etc. Sin embargo, tan importante como los ejemplos anteriormente citados es la educación financiera, bastante olvidada en los programas educativos y tan necesaria para nuestro día a día.

Hay muchas formas de enseñar la literatura española de los siglos XIX y XX, pero seguramente pocas tan creativas, originales y estimulantes como el proyecto Los pliegues del tiempo: territorios desde la palabra, creado por Mercedes Ávila, profesora de Lengua castellana y literatura del colegio Santa Teresa de León, para los alumnos de 4º de la ESO. Un trabajo que ha sido reconocido como Premio Nacional eTwinning 2022 por el Ministerio de Educación en la categoría de Secundaria, por ser multidisciplinar, por su innovación y por la consecución exitosa de los objetivos pedagógicos que el proyecto tenía, así como la integración curricular del mismo.

Había ganas de Navidad en el colegio Santa María la Nueva y San José Artesano de Burgos. Los dos últimos años, debido a la pandemia, muchas de las actividades y reuniones que organizaban durante el mes de diciembre tuvieron que cancelarse o realizarse a medio gas debido a las restricciones, lo que hacía que no se pudieran celebrar estos días tan especiales tal y como se merecen. Por suerte, en el curso actual la pandemia está (casi) superada y los festejos navideños han vuelvo con fuerza al centro, que ha vuelto a lucir sus mejores galas para dar la bienvenida a la Navidad.

Ya casi nadie escribe una carta a mano; el correo electrónico y las aplicaciones de mensajería instantánea han sustituido progresivamente a la carta tradicional en papel, y el buzón se ha convertido en un recipiente de publicidad, propaganda y algún que otro sobre del banco, pero poco más. Y, si ya es casi imposible recibir una carta escrita a mano de algún familiar, amigo o conocido, que esa misiva esté escrita en latín es, directamente, ciencia ficción. Excepto si eres alumno de 4º de la ESO o 1º de Bachillerato de alguno de los colegios que participan en un proyecto llamado Commercium Epistularum, que consiste en intercambiar con otros centros cartas escritas a mano y en latín.