La Navidad es, sin duda, uno de los momento más importantes y alegres del curso escolar: durante todo el mes de diciembre se respira un aire especial tanto en el alumnado como en el personal docente y el resto de los trabajadores. Y es que la decoración del centro, la preparación de las distintas funciones y de las actividades que van unidas a esta festividad impregnan todo de un aura especial y mágica que es imposible obviar. La Navidad es ilusión, cariño, respeto, confraternización y, por supuesto, solidaridad; valores que están presentes en todos y cada uno de los colegios que forman la Red de centros de las Institución Teresiana, que celebran estas fiestas con suma devoción, teniendo en cuenta sus propias particularidades y tradiciones.
En un colegio, como en cualquier otro edificio o instalación, se puede producir una emergencia —un incendio, una inundación o cualquier incidente que pueda poner en peligro la vida de las personas que alberga—, y es fundamental que tanto el personal como el alumnado esté preparado para actuar en caso de que se produzca cualquier contingencia. La prevención, el orden y una buena planificación para afrontar este tipo de problemas son fundamentales para minimizar el riesgo: se trata de tener todas las posibles situaciones cubiertas para que todo el mundo sepa dónde, cuándo y cómo actuar.
Un sencillo cuento puede cambiar la realidad de una persona a miles de kilómetros de distancia. Una simple historia puede hacer del mundo un lugar un poco mejor. Y es que cada uno de nosotros puede hacer algo bueno por los demás si se lo propone y, además, aprender durante el proceso. Así lo demuestran los alumnos/as de 4º de Primaria y 3º de ESO del colegio El Armelar de Valencia, que desde hace tres años trabajan juntos en un precioso proyecto titulado Érase una vez Guadix, donde escriben, ilustran, maquetan y editan una serie de cuentos solidarios que ayudan a otros niños de entornos más desfavorecidos.