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San Pedro Poveda (1874-1936) es una figura fundamental en la historia de la educación católica y un ejemplo de martirio por su fe. Nacido en Linares, Jaén, desde temprana edad sintió la llamada al sacerdocio, siendo ordenado en 1897. A lo largo de su vida, dedicó su labor pastoral a la educación, con un enfoque especial en las comunidades marginadas y en la formación de maestros cristianos.

Uno de sus proyectos más significativos fue su trabajo en las cuevas de Guadix, Granada, donde, al ver la precariedad de las familias, fundó escuelas para los niños pobres, convencido de que la educación era una vía esencial para su desarrollo personal y social. Esta experiencia reforzó su creencia en la importancia de integrar la fe y la cultura en el ámbito educativo.

En 1911, inspirado por Santa Teresa de Jesús, San Pedro Poveda fundó la Institución Teresiana, una obra dedicada a la formación de educadores comprometidos con la sociedad y los valores cristianos. La Institución no tardó en expandirse, llegando a ser conocida no solo en España sino también a nivel internacional, gracias a su enfoque innovador y a su dedicación a la justicia social.

Lamentablemente, en el contexto de la Guerra Civil Española, Poveda fue arrestado el 28 de julio de 1936 y fusilado por su identidad como sacerdote, convirtiéndose en un mártir de la fe. Desde entonces, cada 28 de julio se conmemora su legado, recordando su valentía y su profunda convicción en los valores cristianos.

En 2003, San Pedro Poveda fue canonizado por el Papa Juan Pablo II, quien reconoció su vida de santidad y su sacrificio. Hoy, su legado perdura a través de la Institución Teresiana y su misión de educar en valores, inspirando a generaciones de educadores y creyentes que siguen su ejemplo de dedicación y amor por los demás.