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Ha llegado el mes de junio y con él pasamos una nueva página del calendario. Las flores de mayo dan paso al sol que ya anticipa la llegada del verano. Como cualquier otro calendario, tenemos los días del mes en curso, con sus 30 casillas correspondientes. Sin embargo, este es muy especial. Y es que se trata del calendario de las emociones que los alumnos del primer ciclo de Primaria —primero y segundo— de la Academia Santa Teresa de Málaga tienen que rellenar cada día de la semana para expresar cómo se sienten en ese momento.

Este mes toca un enorme sol, cuyos rayos alrededor de su núcleo vienen numerados con el día del mes, dispuestos a ser coloreados por cada niño atendiendo a la emoción que están experimentando en ese preciso instante. Para cada emoción, un color: amarillo, alegría; naranja, tranquilidad; rojo, enfado; morado, curiosidad; azul, tristeza; marrón, aburrimiento. 

“Estas son las emociones básicas, pero ellos pueden poner nuevos colores con nuevos sentimientos si así lo desean” explican los cuatro docentes de la Academia Santa Teresa responsables del primer ciclo de Primaria Carmen Triviño, Laura Sánchez, Juan Antonio García y Marina Reina, que decidieron utilizar este calendario de las emociones en sus respectivas clases.

La idea la adoptaron del perfil de Instagram @micolealdiainsta, que cada mes sube una nueva plantilla descargable, disponible para cualquier docente que desee utilizarla en su aula. Una vez impresa, se reparte a cada alumno, que hará uso de ella cada día a la vuelta del recreo. Dependiendo de su estado de ánimo, el niño utilizará el color asignado y expresará delante de sus compañeros y profesor por qué ha elegido ese color, es decir, hará partícipes a los demás de sus sentimientos. 

Evidentemente, cada niño tendrá más o menos facilidad para abrirse ante los demás dependiendo de su personalidad, pero como nos explican sus profesores, todos tienen ya interiorizado este calendario de las emociones hasta tal punto que son ellos mismos los que piden la actividad, ya que también es una forma de relajarse y a escucharse a sí mismos durante unos minutos, algo a lo que sin duda ayudan la música elegida por sus maestros para acompañar este momento de interiorización personal y las técnicas de respiración que practican a diario. 

El calendario de las emociones, que en el centro se ha desarrollado los dos últimos cursos, no solo es bueno para que cada niño sepa expresar cómo se siente y aprenda a entenderse mejor consigo mismo, sino que también es una herramienta muy útil pasar sus profesores. De tal manera que si un alumno utiliza durante varios días seguidos el color azul —tristeza—, este patrón permitirá ver que hay un problema y solucionarlo a tiempo. 

También es muy útil para mediar en los conflictos naturales que pueden surgir en una clase entre compañeros. Por ejemplo, si ha habido una disputa o riña en el recreo —algo que no deja de ser habitual—, rápidamente se cuenta lo que ha ocurrido y se le pone remedio. Al hacerlo público, es más fácil poner el punto final a las rencillas.

Por ahora, son solo los chicos de 1º y 2º de Primaria los que hacen uso del calendario de las emociones, pero la idea es extrapolable a cursos superiores, porque cualquier estudiante, sea cual sea su edad, puede beneficiarse de compartir sus sentimientos en clase. Y es que, como bien dicen los profesores del primer ciclo de Primaria: “sin emoción no hay aprendizaje”.